Entre el estrés y la ansiedad hay una fina línea. Ambos activan una respuesta de lucha, huída o paralización, y se manifiestan con síntomas similares.

Sin embargo, en el caso del estrés, nos es más fácil identificar al estresor. Es decir, solemos saber de dónde nos viene. Pero en el caso de la ansiedad, no está tan clara la cosa.

Además, el estrés normalmente se disipa cuando el estresor desaparece, pero la ansiedad puede ser mucho más persistente, sostenida por preocupaciones internas. 

En este vídeo, vamos a investigar los síntomas de la ansiedad, los comunes y los no tan comunes, para que puedas reconocerla y manejarla mejor:

💡 Tal y como Nathalia explica en el vídeo, la ansiedad está causada por la interpretación que hacemos de la situación, no por la situación en sí misma. Recuerda alguna situación que interpretaste cómo estresante, pero que cuando luego la viviste, en realidad no había de lo que preocuparse. ¿Qué puedes aprender de esta experiencia?  

 ✍ ️ Recuerda la última vez que sentiste ansiedad. ¿Qué síntomas tuviste? ¿Qué crees que te estaba intentando decir tu cuerpo? Escribe sobre ello y reflexiona en la raíz de la ansiedad y cómo se manifestó en ti, teniendo en cuenta lo que acabas de aprender en el tema de hoy. 

Los síntomas menos conocidos de la ansiedad incluyen: 

• Problemas digestivos como náusea, diarrea, o congestión.
• Sudoración excesiva o calores repentinos.
• Micción frecuente y necesidad de ir al baño frecuentemente. 
• Boca seca o dificultad para tragar.
• Mareos o vértigos 
• Temblores
  

Importante: La ansiedad es diferente para cada persona y se manifiesta con distintos síntomas para cada uno.

¡A practicar!

Cuando reconoces los síntomas de la ansiedad y como se manifiesta en tu cuerpo, te es mucho más fácil gestionarla. Pero para ello, primero necesitas conocer tu propio cuerpo, aprender a escucharlo y reconocer las señales que te manda.

Te invitamos a que practiques consciencia corporal con esta meditación guiada de 5 minutos: