3 Consejos para Reincorporarse al Trabajo Tras Ser Mamá

6 Dec ‘22
4 min
Rendimiento laboral
Hábitos saludables
Arianna Freni
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Volver al trabajo después de la llegada de un bebé puede ser como despertar de un sueño profundo. Hace falta algo de tiempo para reconectar con el trabajo y reubicarse y, como sucede con la mayoría de las transiciones de la vida, provoca una serie de sentimientos encontrados.

Al igual que no existe un manual para ser madre, tampoco hay uno para afrontar el fin de la baja por maternidad. Por suerte, lo que sí hay es una serie de trucos que te facilitarán la vuelta al trabajo y te ayudarán a sentirte más segura cuando llegue ese momento.

 

 

El gran día de la vuelta al trabajo

 

Ha llegado el día de volver al trabajo y probablemente sientes una gran mezcla de emociones. Por una parte, estás ilusionada, pero, por otra, te sientes fatal solo de pensar que vas a dejar a tu bebé más de un minuto solo. Es un constante tira y afloja de prioridades y expectativas encontradas. Alcanzar el equilibrio correcto en este nuevo capítulo de tu vida y combinar tus responsabilidades privadas y profesionales puede resultar confuso y agobiante.

 

Imen Znaien, directora de investigación y desarrollo de The Kraft Heinz Company y mamá reciente, reflexiona sobre su propia experiencia: «Por un lado, tengo ganas de volver a la vida “normal”, tener conversaciones “de adultos”, socializarme de nuevo, y hacer cosas por mí misma más allá de cambiar pañales, dar de comer y hacer las tareas del hogar. Por otro lado, es duro dejar a mi pequeña. Es la primera vez que nos separamos de verdad, y me siento culpable por dejarla “sola”».

 

Si te identificas con estas líneas, te diremos un secreto a voces: es completamente normal. El día de la vuelta suele generar, entre otras cosas, una gran cantidad de ansiedad y de culpabilidad. Al igual que cualquier otra emoción, hay que aceptarlas sin juzgarlas y después dejarlas ir.

 

Cambia de mentalidad

 

Como mamá reciente (y, luego, como mamá trabajadora) tus prioridades cambiarán, al igual que tu mentalidad. Tu cerebro y el resto de tu cuerpo atraviesan cambios fundamentales, por lo que puede costarte volver a tu rutina anterior.

 

Por suerte, puedes llegar lejos con algo de organización. Planificar tus mañanas y tus tardes además de tener una lista de tareas semanales puede ser de gran utilidad. También lo es establecer límites claros entre los requisitos del trabajo y del hogar. 

 

«El equilibrio entre mi vida personal y profesional es mi mayor miedo ahora mismo», dice Imen. «Estar aquí, allí y en ninguno de los dos lados a la vez. Esa era mi debilidad incluso antes del embarazo, y creo que me ayudaría recibir algo de coaching para encontrar ese equilibrio».

 

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También puede ser beneficioso pensar en lo que más te importa, tanto personal como profesionalmente. Por ejemplo, mantener la actividad en el entorno de trabajo y conectar con tus compañeros puede resultar muy gratificante. Al mismo tiempo, no temas decir que no si crees que estás ocupándote de demasiadas cosas demasiado pronto. Cuando estés en casa, asegúrate de transmitir tus necesidades a las personas que te rodean para que puedan proporcionarte ayuda y apoyo.

 

Acepta los cambios

 

Después de todo, ser mamá trabajadora requiere algunos ajustes. Seguramente te sentirás más cansada, vulnerable o irascible, pero es muy importante que seas compasiva contigo misma y que te pongas expectativas realistas.

 

A continuación, compartimos contigo cuatro consejos prácticos que nos ha dado Imen para ayudar a las nuevas mamás a que la vuelta al trabajo sea lo más fácil y relajada posible:

 

1. Todo es cuestión de tiempo

 

No es posible reubicarse de la noche a la mañana, así que date tiempo y espacio para definir cuándo es tu mejor momento para volver al trabajo. No te precipites al escoger la guardería, prueba con distintos canguros y asegúrate de que te sientes cómoda empezando de nuevo. Todas somos distintas. Si tu trabajo te lo permite, no tomes esa decisión antes de dar a luz. Es un proceso que puedes valorar a lo largo del tiempo. 

 

2. Vive tus sentimientos

 

Deja que las emociones fluyan y, lo que es aún más importante, habla de ellas. Es sano expresar con palabras cómo te sientes y que los demás te aporten otra perspectiva. Los sentimientos no desaparecen por arte de magia solo porque los ignoremos, así que valídalos como parte de tu cuidado personal.

 

3. Valora a tus aliados

 

¡No estás sola y no deberías pasar por esto sin apoyos! No tengas miedo de pedirle un poco más de ayuda a tu pareja, a tus amigos o a tu familia, sobre todo durante las primeras semanas de vuelta al trabajo.

«La pareja desempeña un papel crítico en este proceso», explica Imen. «Que me escucharan, que me tranquilizaran y que me dieran apoyo me ayudó mucho. Si tuviera que dar solo un consejo, sería que encuentres una persona aliada que se identifique con tus sentimientos y que te ayude a enfrentarte a tu nueva vida. Ya solo pensar en ello me hace sentir que tengo mucha suerte».

 

¡Puedes hacerlo!

 

No vamos a darte una fórmula mágica para esta etapa de tu vida porque no existe. Sin embargo, sí podemos asegurarte que, con el tiempo, todo se vuelve más fácil.

 

No vas a tener que sobrevivir siempre sin apenas dormir, con la mayoría de tu ropa manchada de leche o preparándote para una presentación mientras cambias un pañal. No obstante, si tras cierto tiempo sigues sintiéndote muy agobiada, plantéate hablar con alguien, ya sea un psicólogo o un coach, para que te ayude a encontrar un mejor equilibrio. 

 

La maternidad, en todas sus facetas, estará probablemente entre los mayores cambios de tu vida, así que siéntete orgullosa de todo lo que has conseguido. Acepta tu progreso en cada etapa y celebra tus victorias. Lo estás haciendo fenomenal.