Cómo Aliviar la Presión Laboral y Volver a Disfrutar de tu Trabajo

4 Nov ‘22
5 min
Estrés y ansiedad
Rendimiento laboral
Lisanne van Marrewijk
Revisado por psicólogo/a Judith Klenter
illustratie van vrouw die een hoge werkdruk ervaart

L

a forma en que gestionas la presión laboral excesiva y los contratiempos influye en cómo te sientes. Y esto, a su vez, afecta a tu trabajo y a la presión (y, por tanto, al estrés) que experimentas. Es, por lo tanto, un círculo vicioso. Pero no hace falta que lo aguantes, al contrario. Los círculos viciosos están hechos para romperse, sobre todo los relacionados con el estrés.

 

Todos tenemos que lidiar con el estrés en algún momento, aunque tengamos el trabajo de nuestros sueños y nos vaya genial. ¿La presión laboral excesiva hace que no puedas disfrutar de tu trabajo? La psicóloga Judith Klenter te explica lo que puedes hacer al respecto.

 

No pasa nada por tener un poco de presión

 

Todos nos enfrentamos a la presión laboral. Puede que la sientas porque hayas tenido que asumir tareas adicionales, porque estés intentando demostrar tu valía, o porque acabes de empezar un puesto nuevo que requiera poner mucho de tu parte.

 

Judith cree que no pasa nada por sentir un poco de presión. «Hace falta algo de estrés positivo para poder concentrarse y mantenerse alerta. Libera adrenalina y te prepara para la acción».

 

La diferencia entre presión laboral positiva y presión laboral excesiva

 

«El estrés positivo te ayuda a continuar con tus tareas, a rendir bien y a hacer las cosas lo mejor posible. Una vez alcanzada tu meta, el estrés debería parar», explica Judith. Estamos hablando del tipo de estrés que ocurre en torno a un examen, a una presentación importante o a una fecha de entrega cercana.

 

«Si has estado bajo presión en el trabajo durante mucho tiempo, a tu cuerpo le cuesta distinguir entre tensión y relajación. Como consecuencia, la tensión permanece al mismo nivel durante un periodo prolongado, aunque ya haya pasado el acontecimiento que causaba esa tensión», explica la psicóloga.

 

Necesitas más tiempo para recuperarte. Si no tienes tiempo porque esa presión continúa, verás que la calidad de tu trabajo empieza a disminuir, y es difícil salir de ese círculo vicioso.

 

Pero, como ya hemos dicho, los círculos pueden romperse. Por suerte, hay muchas cosas que puedes hacer para aliviar la presión laboral excesiva y la sensación de estrés, desde encontrar el origen de esa presión a dar pequeños pasos para combatirla.

 

«A veces, algo tan simple como descansar por completo durante un día puede ayudar mucho», aconseja Judith.

 

¿Estás sufriendo una presión excesiva en el trabajo?

 

El estrés provoca el 30% de las bajas laborales en España.

Este tipo de cifras demuestran que todas las personas se beneficiarían de aprender a manejar el estrés en el trabajo. ¿Sientes que la presión laboral tiene un impacto negativo sobre tu satisfacción laboral? Nuestra psicóloga Judith te ofrece algunos consejos prácticos que puedes empezar a implementar hoy mismo.

 

1. Acepta la situación

 

No conozco a muchas personas que tengan un trabajo que no sea estresante. Aceptar que la presión laboral intensa es parte de tu trabajo y buscar formas de lidiar con ella lo mejor posible es una prioridad.

 

Al leer este artículo, ya estás dando ese primer paso.

 

Esa aceptación te alivia y hace que te sea más fácil encontrar formas de gestionar tus emociones. Por el contrario, resistirte a la situación te puede estresar aún más.

 

Reconoce la situación, qué la provoca y qué sentimientos y emociones experimentas. Y deja que exista ese estrés.

 

2. Controla tu volumen de trabajo

 

Si tienes más trabajo del que puedes abarcar durante la semana, no es de extrañar que te sientas bajo presión. Controla tu volumen de trabajo y asegúrate de que sabes qué tareas tienes y qué proyectos lideras.

 

¿Tienes demasiadas cosas que hacer? Entonces, no te cargues con más proyectos nuevos. Aprende a decir que no. Comunícaselo clara y amablemente a los compañeros que necesiten algo de ti y habla de ello con tu jefe o con tu supervisor.

 

“La diferencia entre las personas que tienen éxito y las que tienen mucho éxito es que las que tienen mucho éxito dicen que no a casi todo“ – Warren Buffet

 

3. Prioriza

 

Si sabes lo que es importante, puedes centrar tu atención en lo que la merece. ¿Trabajas en tareas esenciales o, sobre todo, en cosas urgentes? ¿Te guías por las peticiones que te llegan o por tus prioridades?

 

Empieza a utilizar la Matriz de Eisenhower, que encontrarás también en nuestra Guía para gestionar mejor el tiempo. Esto te permitirá tener una visión general y te ayuda a entender lo que es importante y lo que no.

 

Un consejo más de Judith: Pregúntate cada día qué tres tareas son realmente necesarias. Esas tres no serán «negociables». Si distingues lo que es importante de lo que no lo es, serás capaz de centrarte más y de ponerte objetivos más claros.

 

4. Consigue concentrarte y fluye

 

Fluir te hace feliz. Configura tu entorno de forma que te ayude a concentrarte y a gestionar bien tu tiempo. Puedes hacerlo de distintas formas: explora qué te funciona. Puedes:

 

  • Eliminar distracciones (poner tu teléfono en otra habitación, cerrar el correo electrónico, pausar las notificaciones de Slack)
    – Hacer una sola cosa a la vez
    – Aprender a conocerte: ¿Cuándo demuestras más productividad y cuándo menos?
    – Probar la técnica Pomodoro.
    – Hacer las tareas más importantes primero

 

¿Quieres aprender más? Lee 5 trucos para tener una vida más productiva y llena de significado (según los psicólogos) 

 

5. Habla de ello con tu jefe

 

Que tengas muchas cosas que hacer en el trabajo y que estés bajo presión no quiere decir que tengas que hacerlo todo sin ayuda de nadie. Es probable que tu jefe no sepa que tienes dificultades, así que debes hablar de ello.

 

Explica lo que sucede y cómo te sientes para que podáis encontrar la solución adecuada.

 

6. Desconecta

 

El trabajo es entretenido e importante, pero saber desconectar de él es igual de importante. Aun así, no solemos hacerlo lo suficiente.

 

Cuando estamos bajo presión, nos saltamos las pausas, nos llevamos a casa las tareas y las preocupaciones y no dedicamos suficiente tiempo a charlar con nuestros compañeros de trabajo.

 

No obstante, tan importante es disfrutar de nuestro trabajo como ser productivos. No hay duda de que trabajarás mejor y te centrarás más si has descansado.

 

Asegúrate de hacer muchas pausas al día (¡ponlas en tu agenda!), cuídate (haz ejercicio, come sano, practica el mindfulness) y conecta con tus compañeros de trabajo.

 

Consejo: Si te resulta difícil alcanzar el equilibrio entre mantener la concentración y hacer pausas, prueba a utilizar la técnica Pomodoro. 

 

La presión laboral excesiva no se arregla en un día

 

Date tiempo para lidiar con la situación; así, poco a poco, reducirás tu presión laboral y volverás a disfrutar del trabajo. Pero no es un proceso que ocurra de la noche a la mañana, y tampoco está exento de reveses.

 

¿Necesitas un poco de ayuda para empezar a caminar en la dirección correcta? ¿Te hace falta algo de apoyo? Un psicólogo puede ayudarte a convertir una lista caótica de tareas en un resumen general claro de tus obligaciones.  Reserva una sesión.