Cómo Recuperarte de una Etapa Estresante

 

Le hemos pedido a Soesja Vogels, psicóloga de OpenUp, que nos explique cómo afecta el estrés a tu cuerpo y por qué recuperarse de él es tan importante.

 

¿Qué es el estrés?

 

Todas las personas conocemos la sensación que provoca el estrés: tu mente no para, tu cuerpo acumula tensión y/o experimentas ansiedad o inquietud. Pero ¿qué es el estrés exactamente y cómo afecta a tu cuerpo?

 

«El estrés es un concepto abstracto, pero puedes considerar el estrés físico como una forma de tensión que ocurre en tu cuerpo como respuesta a estímulos externos», explica Soesja. «Cuando sucede algo en tu entorno y tu cerebro detecta un peligro, tienes la sensación de que algo va mal y de que debes actuar ya».

 

¿Qué ocurre cuando tu cuerpo experimenta estrés?

 

Cuando experimentas estrés, la reacción inicial de tu cuerpo es producir adrenalina y cortisol. Estas hormonas cambian la forma en que la sangre fluye por tu cuerpo, haciendo que se desvíe más hacia el corazón y hacia los músculos. Soesja explica: «A corto plazo, es algo muy positivo. Te sientes más fuerte físicamente y reaccionas más rápido. Sería muy útil si, por ejemplo, te estuviera persiguiendo un oso». 

 

Sin embargo, el estrés se vuelve dañino si lo sufres durante un periodo prolongado de tiempo. «Cuando tienes un exceso de estrés, tu cerebro no para de recibir el mensaje de que te encuentras en una situación peligrosa.  Ya no puedes relajarte porque tu cuerpo tiene demasiadas hormonas del estrés», aclara Soesja.

 

¿Cuáles son las consecuencias físicas de tener demasiado estrés?

 

Sufrir estrés durante un periodo prolongado de tiempo tiene efectos nocivos en tu cuerpo a largo plazo, pues pone demasiada presión en tus funciones corporales esenciales. 

 

«Sufrir demasiado estrés y no relajarse lo suficiente tiene un impacto enorme en el cuerpo», enfatiza Soesja. «Tu sistema inmune y digestivo y tu memoria pueden sufrir las consecuencias.

 

Además, puede provocarte dolores de cabeza, hipertensión y problemas de sueño. Por último, tus pulsaciones se mantienen a un nivel excesivamente alto».

 

¿Por qué es tan importante descansar y recuperarse?

 

Cuando tienes mucho estrés, el descanso y la relajación son extremadamente importantes. Es como un balón demasiado hinchado: si no dejas escapar un poco de aire, explotarás.

 

Descansar te ayuda a recargar baterías. Pero no siempre es fácil relajarse, y esta es la parte más frustrante. «Cuando se le acaba la batería al móvil o al portátil, sabes que lo lógico es cargarlo», explica nuestra psicóloga de OpenUp. 

 

«Pero damos por hecho que nuestros cuerpos pueden seguir sin parar ni un momento, aunque no los recarguemos. Lo cierto es que nuestras reservas de energía no son infinitas».

 

Ayuda a tu cuerpo a recuperarse del exceso de estrés

 

Así que, ¿cómo puedes recargar baterías? Soesja comparte contigo seis consejos que te ayudarán a restablecer tu equilibrio y a recuperarte cuando experimentes demasiado estrés.

 

1. Asegúrate de dormir lo suficiente

 

El sueño es la parte más fundamental del descanso. Mientras duermes, tu cuerpo alcanza la relajación total y se recupera en su mayor parte. Así que asegúrate de dormir bien, preferiblemente entre siete y nueve horas al día.

 

Una rutina nocturna estable puede ayudarte, así que intenta irte a la cama a la misma hora cada noche. También es importante que crees un espacio acogedor y donde estés a gusto, por ejemplo, limpiando y ventilando tu habitación. 

 

Intenta no pensar en dormir bien como en una obligación, sino en una posibilidad. Sigue tu rutina y deja que el cuerpo se duerma si así lo desea. Así, tendrás más probabilidades de conseguirlo porque no sentirás la presión de dormir bien, la cual suele ser contraproducente. 

 

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2. Evita los estímulos

 

Los estímulos hacen que estés alerta y que no te duermas, así que haz todo lo posible por evitarlos. Pasar demasiado tiempo al móvil o al ordenador no ayuda a nadie a relajarse.

 

Por eso, ten cuidado con el tiempo que pasas delante de las pantallas y con tu exposición a las luces brillantes y a los sonidos, y recuerda también que ciertas personas y lugares pueden contar como estímulos cuando te provocan mucha tensión. Es posible que te convenga evitarlos si tienes mucho estrés.

 

3. Bebe mucha agua

 

Tener hormonas del estrés en tu cuerpo durante un periodo prolongado de tiempo puede hacer que te deshidrates, pues tu cuerpo concentra todas sus reservas en pasar a la acción de inmediato. La consecuencia es que muchos de tus órganos no reciben la hidratación adecuada. 

Así que intenta asegurarte de beber lo suficiente, y no, el alcohol no cuenta😉.

 

4. Haz ejercicio de forma regular

 

Cuando se habla de ejercicio, tendemos a pensar en deportes intensos, pero hacer ejercicio moderado, por ejemplo, caminar, también puede ayudarte a relajarte.

 

Es bueno moverte y que tu sangre circule como debe, sobre todo cuando tus músculos han estado bajo mucha presión debido al exceso de adrenalina y cortisol.

 

5. Come sano

 

Suena lógico, pero a muchos nos sigue costando comer sano. Al menos, deberías intentar comer menos azúcar. Cuando tienes mucho cortisol en la sangre te apetece más tomar azúcar, pero lo cierto es que eso aumenta tus niveles de cortisol aún más.

 

El cortisol también ejerce presión sobre tu sistema digestivo. Así que procura cuidarte y consumir alimentos fáciles de digerir.

 

6. Encuentra una forma de relajación que te funcione

 

Descubre qué te relaja: para cada persona es diferente. Valora hacer ejercicios de respiración, un escaneo corporal de mindfulness o un tipo de yoga suave, como el yin o el nidra. En Spaces to OpenUp, puedes probar distintos tipos de meditaciones guiadas. 

 

Otra forma de relajarte es dedicarte a tus aficiones o pasar tiempo con amigos, pero sé consciente de que ambas cosas requieren energía y puede que no te aporten el descanso que necesitas.

 

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