4 Estrategias Psicológicas Para Superar la Vergüenza

25 Apr ‘22
4 min
Autoconfianza
Redacción OpenUp
Todas las personas se avergüenzan de algo de vez en cuando. Es una emoción completamente normal, pero puede costar gestionarla. Más que nada, resulta incómoda. Por suerte, puedes aprender a procesarla mejor para no sentirte tan a disgusto en esas situaciones.

 

Cuando sientes vergüenza, puede que te sonrojes o que te invada la preocupación. Te sientes fuera de ti. ¿Por qué te ocurre eso y en qué consiste exactamente la vergüenza?

 

Culpa frente a vergüenza

 

«A menudo confundimos la culpa con la vergüenza», explica Emma White, psicóloga de OpenUp. «Te sientes culpable cuando has hecho algo que crees que está mal. Es una emoción útil porque hace que examines tu comportamiento y que lo modifiques o te disculpes por él. Hablar de culpa supone centrarse en el comportamiento (“He hecho algo mal”)»

 

«La vergüenza es el sentimiento de no valer lo suficiente como persona, y suele ser consecuencia del miedo al rechazo. Hablar de vergüenza supone centrarse en la persona (“Soy mala persona”)».

 

«La vergüenza surge cuando creemos que tenemos defectos fundamentales o que no valemos».

 

La vergüenza provoca humillación

 

Pensar que no vales como persona tiende a generar estrés, ansiedad, depresión y falta de autoconfianza. La vergüenza también provoca adicción e incluso agresividad. Es una de las emociones humanas más destructivas y la que mayor humillación nos provoca. Por eso, es importante que sepas cómo gestionarla.

 

¿Por qué sentimos vergüenza? «Suele surgir cuando creemos que tenemos defectos fundamentales o que no valemos, y que por eso no merecemos que nos quieran ni sentir que encajamos», dice Emma.

 

«Nos culpamos por algo y luego lo internalizamos pensando: “No valgo, no merezco estar aquí, no puedo hacerlo”». Emma continúa: «Imagina que has tenido que hacer una presentación en el trabajo y que ha ido mal.

 

Puede que pienses: “No sé presentar y me he puesto en evidencia delante de mis compañeros de trabajo”. El sentimiento que subyace es: “No importo, no valgo nada”, y esto provoca vergüenza».

 

«La vergüenza evita que dañemos nuestras relaciones sociales».

 

Pero la vergüenza puede tener también un lado útil

 

Aunque sentir vergüenza pueda ser desagradable, tiene su utilidad. Su función evolutiva es ayudarnos a seguir siendo parte de un grupo al hacernos cumplir sus reglas.

 

El investigador Daniel Sznycer nos explica: «La función del dolor es enseñarnos a evitar el daño físico. La de la vergüenza es enseñarnos a evitar dañar nuestras relaciones sociales, o motivarnos a repararlas». Todas las personas experimentan vergüenza y esa emoción tiene su función. 

 

No obstante, a pesar de esta función evolutiva de la vergüenza, la forma en que la experimentamos hoy en día puede resultar peligrosa, pues va estrechamente asociada a comportamientos y creencias destructivas.

 

«Muchas personas no han crecido en entornos en los que se las animara a hablar de sus sentimientos honestamente. En nuestra sociedad actual, que puede ser muy crítica, a menudo no queda espacio para la vergüenza. Al final, esto resulta contraproducente», añade Emma.

 

La vergüenza varía de una persona a otra

 

Seguramente todas las personas seamos capaces de pensar en una situación o en varias en las que nos hayamos sentido ignoradas o rechazadas. Que hayamos desarrollado o no sentimientos de vergüenza como consecuencia de ello depende de la importancia que le demos a esa experiencia.

 

Esto suele obedecer a los patrones y creencias que hayamos desarrollado durante nuestras vidas. Emma continúa: «No experimentamos vergüenza porque hayamos hecho algo mal, sino porque creemos que somos malas personas o que tenemos defectos».

 

«La vergüenza no puede sobrevivir si se verbaliza y si se conversa sobre ella».

 

¿Cuál es la mejor manera de gestionar la vergüenza?

 

Nadie escapa a la vergüenza durante toda su vida, por lo que es importante que aprendamos a gestionar los sentimientos que la acompañan.

 

Hay una teoría denominada «Teoría de la resiliencia a la vergüenza», explica Emma. Sostiene que los sentimientos de vergüenza hacen que las personas se sientan atrapadas, impotentes y aisladas.

 

Cuando sentimos vergüenza, solemos encerrarnos en nuestro interior y aislarnos del resto del mundo; por ejemplo, dejamos de hacer actividades sociales y recurrimos a cosas como el alcohol. Pero esto resulta contraproducente.

 

Emma explica: «Si hay algo que hace que los sentimientos de culpa crezcan exponencialmente es el secretismo, el silencio y la condena. Por tanto, el mejor antídoto contra la vergüenza es la empatía, pues la primera no puede sobrevivir a la segunda».

 

Consejos para superar la vergüenza

 

«La vergüenza no puede sobrevivir si se verbaliza y si se conversa sobre ella», explica Emma. «Aunque te dé miedo, tienes que sacarla. Descubrirás que es un alivio hacerlo y que las personas son más comprensivas de lo que hubieras imaginado». Pero ¿cómo pasar a la práctica?

 

1. Admite el sentimiento de vergüenza

 

En inglés, los psicólogos decimos «Name it to tame it», que vendría a ser algo parecido a «Nómbralo para domarlo». Con esta frase queremos expresar que para controlar una emoción, debes hablar de ella. Lo más importante es reconocer que sientes vergüenza. No ignores ese sentimiento y acéptalo como una emoción más.

 

2. Averigua las causas

 

Analiza los factores internos y externos que te hacen sentir vergüenza. Esa emoción puede estar relacionada con cualquier aspecto de tu vida. Por eso, es importante tener claro qué te está provocando esa vergüenza. Podría ser tu sexualidad, tu familia, tu salud, tu religión o un trauma.

 

3. Anota tus sentimientos

 

Anota todo lo que surja, todo lo que sientas o experimentes. Al hacerlo, entenderás mejor lo que sucede y conocerás mejor tus sentimientos.

 

4. Habla de tus sentimientos

 

Habla de tus sentimientos con alguien con quien tengas confianza, alguien cercano y que te entienda. Al hacerlo, sacarás tu vergüenza y generarás más autocompasión y una mejor conexión interior. 

 

¿Te provoca nervios hablar del tema? Es natural. Pero debes entender que la vergüenza afecta a todas las personas. Si te gustaría hablar con un profesional para profundizar en ello, reserva una sesión con uno de nuestros psicólogos.

 

👉 Para saber más: Por qué siempre es buena idea hacer terapia, aunque seas feliz