El miembro del equipo con el que quieras mantener la conversación tiene que sentirse cómodo y consentir que se hable de su bienestar mental.
No podemos coger al empleado por banda y forzar la conversación. Para recibir su consentimiento es tan fácil como preguntarle con antelación si le parece bien tener una reunión o dar un paseo para hablar sobre su situación. Puedes expresar que estás preocupado y te gustaría apoyarle.
Es importante estar preparado para recibir un “No, aún no estoy preparado para hablar de ello”. Si ese es el caso, puedes decir algo como: “Lo entiendo perfectamente. ¿Hay algo que pueda hacer mientras tanto? ¿Te importa si te vuelvo a preguntar en una semana?”.