Recientemente, han aumentado las dificultades relacionadas con la ello, sobre todo entre los jóvenes.
Hay muchos motivos que explican este incremento, entre ellos la pandemia y sus consecuencias, aunque no son los únicos. Paul Hessels explica: «Están ocurriendo muchas cosas en el mundo que nos ponen bajo presión. Hablamos de la incertidumbre económica, las guerras y la crisis climática. Sufrimos una crisis tras otra y eso cobra factura. Es natural que afecte a cómo nos sentimos y a cómo nos comportamos, seamos jóvenes o mayores».
A la vez, nos damos cuenta de que llega una nueva generación al lugar de trabajo, una que no solo ve el ámbito laboral, el bienestar y el equilibrio de manera diferente, sino que además está cómoda hablando de ello. Esta actitud obliga a las empresas a pensar en el trabajo de otra forma, y eso beneficia a todas las generaciones.
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Sentirse bien en el trabajo
Las necesidades y deseos que expresa la generación Z están formando la base de los cambios en la cultura corporativa de las empresas.
«Entre otras cosas, esta generación quiere más transparencia, una cultura abierta y la oportunidad de desarrollarse en el trabajo. Son aspectos que importan a todo el mundo, con independencia de su generación», explica Paul. «La diferencia es que la generación Z expresa más sus necesidades y tiene más probabilidades de abandonar las empresas que no las satisfagan».
Por eso, las organizaciones se ven obligadas a evaluar su cultura y sus prácticas y a hacer los cambios correspondientes. Harvard Business Review explica que estas necesidades pueden hacer que el ámbito laboral sea mejor y más colaborativo, además de aumentar la motivación.
Porque aunque cada generación tenga sus necesidades peculiares, hay varios factores claves que todo empleado necesita para prosperar en el trabajo. A continuación, analizaremos 6 de ellos:
1. Cultura abierta
Hoy en día, el mundo está lleno de incertidumbres, así que no es de extrañar que haya más personas estresadas. Para aliviar estas preocupaciones, puedes informar a los empleados de los planes, las decisiones y las operaciones de la empresa de manera transparente, no solo de forma global, sino también a nivel de equipo. Ya sean noticias buenas, malas o neutrales, la comunicación es clave para que los empleados se sientan seguros.
Esta comunicación abierta y el acceso a la información aporta sensación de control a los empleados y relaja las tensiones. Paul apunta: «También me he dado cuenta de que algunas personas de las generaciones más jóvenes quieren entender primero el porqué de la necesidad de una tarea. Una vez tienen claro el razonamiento, se meten de lleno en el trabajo».
2. Transparencia sobre el desarrollo
Cuando las personas crecen y se desarrollan, progresan. Es un deseo natural el querer sacar partido a nuestras habilidades, alcanzar metas y enfrentarnos a retos. De hecho, la autorealización forma el nivel superior de la jerarquía de necesidades de Maslow.
Las organizaciones pueden ayudar a satisfacer esta necesidad ofreciendo oportunidades de desarrollo y siendo transparentes sobre el ascenso profesional. «Presentar un plan claro de crecimiento personal y salarial por adelantado ayuda a gestionar las expectativas y a evitar las decepciones», aclara Paul.
Empieza por contarles a los empleados lo que se espera de ellos y cómo pueden desarrollarse en sus puestos. Infórmales con claridad sobre qué habilidades y valores son importantes y cómo quieres que los demuestren. Evaluadlos juntos durante las conversaciones periódicas de desarrollo.
Ofréceles a los empleados oportunidades de desarrollo distintas. Valora hacer sesiones de formación centradas en cada fase de su carrera. Por ejemplo, puede que los empleados más jóvenes quieran aprender a gestionar la carga laboral, a poner límites, y a ejercer el liderazgo personal. Por su parte, los empleados más experimentados pueden estar interesados en la gestión del cambio, en el liderazgo profundo o en el coaching personal.
3. Feedback constructivo
Otra forma de contribuir al crecimiento de un individuo es mediante el feedback.
Debes ofrecer feedback constructivo entre las distintas tareas y proyectos, y participar en conversaciones periódicas sobre el rendimiento y el desarrollo de los empleados.
Determina la frecuencia de las conversaciones de desarrollo, de forma que empoderes a los jefes y a los empleados para que reflexionen sobre sus habilidades, logros y progresos. Además, haz preguntas abiertas que hagan pensar a los empleados sobre sus fortalezas y debilidades.
«Que no te sorprenda recibir comentarios sobre ti. Una cultura abierta crea un diálogo en ambos sentidos», aconseja Paul. «Sobre todo, intenta agradecer el feedback y date tiempo de averiguar qué quieres hacer con él»
💡 Lee más: Los mejores consejos para dar y recibir feedback
4. Claridad sobre los objetivos empresariales (y cómo contribuyen a ellos los empleados)
A las personas nos motiva aquello que da significado a nuestras vidas y parte de esto proviene de nuestro trabajo. Por eso, a los empleados les gusta saber cómo contribuyen a los objetivos globales y a la misión de la empresa.
Asegúrate de que la misión de la empresa esté clara e informa periódicamente sobre su progreso. Durante el proceso de incorporación, deja claro el papel de cada persona, y comunícales a todos cómo contribuyen a la misión. Además, los jefes deben hablar constantemente con sus equipos sobre el impacto que están teniendo en la empresa.
Una observación adicional de Paul: «Asegúrate de que la misión y el impacto que tienen las personas no sea algo que se predique solo desde la dirección de arriba abajo. El mensaje debe venir también de los distintos niveles dentro de la organización y de personas de diferentes generaciones. Las personas tienden a escuchar más a aquellos con los que se identifican».
5. Espacio para la autonomía y la conexión
Por un lado, necesitamos autonomía laboral y la capacidad de decidir sobre nuestro trabajo, pero, por otra parte, es esencial el espíritu de equipo y la sensación de estar conectados.
«Durante la pandemia, nuestra imagen del lugar de trabajo ideal cambió y los empleados empezaron a desear un entorno laboral más sano y placentero. También quieren tener la opción de decidir por sí mismos dónde quieren trabajar», explica Paul.
Poder decidir dónde trabajas te hace sentir autonomía. Obligar a los empleados a trabajar en la oficina puede tener el efecto opuesto. No obstante, conviene promover el espíritu de equipo y la sensación de estar conectados juntándoos regularmente en persona.
Esto se puede hacer mediante distintos eventos o encuentros, ya sean reuniones de lanzamiento de proyectos, desayunos de equipo, reuniones para celebrar los éxitos, salidas de equipo (team building), conversaciones individuales, etc. Además, planea encuentros por internet (sobre todo si hay personas que también trabajan remotamente). Por ejemplo, puedes organizar cafés virtuales para hablar de otras cosas que no sean el trabajo y asegurarte de que tengan las herramientas necesarias en casa para hacer brainstorming y nuevos planes con otras personas.
6. Normalizar y priorizar la salud mental
Según un estudio de Deloitte de 2022, cuatro de cada diez miembros de la generación Z abandonan su trabajo en los dos primeros años debido a la falta de equilibrio entre su vida personal y laboral y al estrés constante.
Otros estudios demuestran que más de la mitad están descontentos con su trabajo. Además, se sienten incapaces y aislados por la presión laboral.
La generación más joven experimenta mucha presión y tensión en el trabajo y por eso necesitan tener el espacio donde hablar abiertamente sobre ello.
El primer paso es normalizar la conversación sobre salud mental. Crear una cultura que promueva el bienestar al hablar del estrés, de los sentimientos, etc. Paul añade: «Cuando se habla de las dificultades y de los sentimientos, se normalizan. Pero eso hay que combinarlo con destacar los aspectos positivos. Alaba el trabajo, celebra los éxitos juntos, anima a los empleados a que den paseos durante el horario laboral e infórmales de que pueden salir del trabajo un poco antes si lo necesitan. Esas cosas también animan a las personas a hablar abiertamente de su salud mental».
Además, no olvides que a las generaciones más jóvenes les resulta más fácil en general hablar de su salud mental, pero que quizá las generaciones mayores no estén tan cómodas con ello. Dales tiempo y espacio para acostumbrarse y deja que se abran cuando estén listos. La vulnerabilidad y la comunicación sincera son claves.
Por último, comunícate con los empleados y sugiéreles formas de trabajar en su propio bienestar, por ejemplo, consultas con psicólogos, sesiones de grupo, talleres, cursos y artículos relevantes. El bienestar significa una cosa distinta para cada persona, dependiendo también del momento de su vida, así que piensa en formas diferentes de favorecerlo.
Da a cada generación el espacio necesario para que se desarrollen, liberen estrés y creen resiliencia mental. Con OpenUp, te aseguras de que todos los empleados tengan toda la orientación que merecen al alcance de su mano.