7 Actos de Amabilidad para Cambiar el Mundo

13 Feb ‘23
5 min
Relaciones personales sanas
Arianna Freni
Revisado por psicólogo/a Clara Isabell Slawik
kindness
Imagina un mundo en el que cada día esté lleno de pequeños actos de amabilidad. Un mundo en el que la gente se sonría, los desconocidos se abran la puerta, los compañeros se lleven café y los seres queridos se sorprendan con gestos de aprecio. Puede sonar demasiado bueno para ser verdad y, probablemente, tener esa expectativa 24 horas al día, 7 días a la semana no sería realista. Sin embargo, tenemos el poder de marcar la diferencia mediante la amabilidad, al menos en parte, ¡y es mucho más fácil de lo que crees!

 

En este artículo, vamos a explorar los muchos beneficios de los gestos amables y a compartir ideas prácticas que puedes aplicar en tu propia vida. Así que, si buscas inspiración, motivación o simplemente un recordatorio de lo bueno que hay en el mundo, sigue leyendo.

 

La amabilidad es fácil y contagiosa

 

Ser amable es una de las cosas más sencillas que puedes hacer: Es un rasgo humano natural que no requiere mucho esfuerzo ni recursos y que puede incorporarse fácilmente a nuestra vida cotidiana. A diferencia de otras actividades que pueden requerir mucho tiempo y planificación, los actos de amabilidad pueden expresarse en cuestión de segundos mientras llevamos a cabo nuestra jornada. 

 

Por ejemplo, puedes sostener la puerta abierta a alguien mientras esperas en la cola, ofrecer una mano amiga a un desconocido en la calle o felicitar a un compañero de trabajo por su duro trabajo. Estos gestos sencillos pueden hacerse en cualquier momento y lugar, y no requieren ningún esfuerzo o compromiso especial.

 

“Ser amable con los demás retoma el concepto de “Atención plena social””, dice la psicóloga Clara Isabell Slawik. “Se trata de una forma específica de amabilidad en la que la gente tiene en cuenta las necesidades y sentimientos de los demás antes de tomar una decisión. Puede ser un gesto sutil que demuestra que estás siendo considerado con otra persona. Imagina que estás en una fiesta de trabajo y quedan tres donuts, dos de chocolate y uno con glaseado de azúcar. Al elegir el de chocolate, preservas la elección para la siguiente persona”.

 

La amabilidad no sólo es fácil, sino también contagiosa. Todos conocemos esa sensación de calidez y felicidad que surge al hacer algo bueno por otra persona. Ya sea un simple cumplido, una acción considerada o un acto desinteresado de servicio, la amabilidad no sólo tiene el poder de alegrar el día a alguien, sino que también mejora nuestra propia salud mental. Es una situación en la que tanto el que da como el que recibe se benefician del intercambio. Tanto si se trata de un pequeño como de un gran gesto, el impacto de la amabilidad puede ser trascendental y duradero.

Amabilidad y Salud mental

Las investigaciones han demostrado que realizar actos de amabilidad puede mejorar nuestro estado de ánimo, aumentar nuestra sensación de plenitud y reducir el estrés y la ansiedad. La amabilidad también puede reforzar los sentimientos de conexión social y pertenencia, lo que es especialmente importante en épocas de estrés y aislamiento. ¿Increíble? Ser amable también libera oxitocina, una sustancia química del cerebro que nos hace sentir bien y reduce la ansiedad.

Challenge semanal

 

Cuando piensas en actos de bondad al azar, probablemente no se te ocurra inmediatamente cómo realizarlos. Nosotros te ayudamos. 

 

Aquí tienes siete ideas fáciles y prácticas para ponerte en marcha) y ayudarte a incorporar más gestos amables en tu vida diaria

 

1. Lunes: Deja una nota de ánimo a alguien

 

Una palabra amable puede ayudar mucho a levantar el ánimo de alguien, ya sea un amigo, un familiar o incluso un desconocido. Escribe algo amable y déjalo en algún lugar donde lo encuentren. También puedes dejar una nota de agradecimiento a alguien que te haya ayudado, como un profesor o un mentor: recuerda que expresar gratitud es una forma estupenda de valorar y reconocer a los demás (¡además de levantar tu propio ánimo!).

 

2. Martes: Da desinteresadamente

 

Esto puede ser tan sencillo como invitar a un café a la persona que está en la cola detrás de ti o dejar unas monedas de más en el parquímetro para la siguiente persona. No tiene por qué ser un gran gesto, pero un pequeño acto de generosidad puede marcar una gran diferencia en el día de alguien.

 

3. Miércoles: Ofrécete a ayudar a alguien con una tarea

 

Tanto si se trata de un vecino mayor que necesita ayuda con la compra como de un compañero al que le vendría bien una mano con un proyecto, echar una mano puede ser una forma sencilla pero significativa de mostrar amabilidad.

 

4. Jueves: Mostrar empatía mediante la escucha activa

 

La escucha activa puede ser un poderoso acto de amabilidad que puede hacer que alguien se sienta escuchado y comprendido. Centrándote plenamente en la persona que habla y prestándole toda tu atención, puedes ofrecerle un espacio seguro y de apoyo para que comparta sus pensamientos y sentimientos. Hoy en día, dedicar tiempo a escuchar puede significar mucho. 

 

“A menudo los clientes se sienten muy agradecidos por tener a alguien que les escucha activamente, sin querer exponer su propio punto de vista ni entrar en modo de defensa”, explica Clara. “Normalmente, no somos conscientes de lo rápido que reaccionamos a lo que dicen los demás. Rara vez nos tomamos el tiempo necesario para escuchar realmente y comprender lo que quieren expresar.

 

Una buena forma de practicar esto es probar el método socrático, escuchando atentamente para entender a tu interlocutor, parafraseando lo que ha dicho y, sólo después, añadiendo tus propios pensamientos”.

 

5. Viernes: Elogia a un desconocido

 

Puedes hacerlo en la cola del supermercado o mientras esperas tu pedido. Ya sea un cumplido sobre su atuendo o su actitud, un cumplido sincero puede tener un profundo impacto en el estado de ánimo y la autoestima de alguien. La clave es que sea genuino y natural.

 

6. Sábado: Repartir alegría con una sonrisa

 

Una sonrisa es un lenguaje universal que puede contagiar alegría y amabilidad a cualquiera, en cualquier lugar. Una vez más, sonreír es contagioso, y cuando sonreímos a alguien, es más probable que nos devuelva la sonrisa. Esto crea una reacción en cadena de positividad que puede extenderse por todas partes. Además, según una colaboración internacional de investigadores, sonreír es un estimulante natural del estado de ánimo que puede aumentar nuestro propio bienestar.

 

7. Domingo: Haz voluntariado

 

Ayuda en una organización benéfica local, un comedor social o un refugio de animales. No sólo harás algo amable por los demás, sino que también te ayudarás a ti mismo saliendo de casa y haciendo algo significativo.

 

Éstas son sólo algunas ideas para que empieces tu propio viaje de amabilidad. Si te sientes estancado y necesitas algo de inspiración, plantéate el objetivo de realizar un cierto número de actos de bondad al azar cada día o cada semana. Esto puede ayudarte a centrar tus esfuerzos y convertir la amabilidad en un hábito.

 

Espárcela como confeti

 

En un mundo en el que la negatividad y el estrés pueden ser omnipresentes, es más importante que nunca dar prioridad al bienestar mental y hacer el bien, siempre que podamos. Por suerte, hay cientos de formas de difundir la bondad cada día. Ya sea mediante un cumplido genuino, la escucha activa o cualquier otro gesto sencillo, la amabilidad tiene la capacidad de crear un efecto dominó de positividad y compasión.  

 

“A menudo, la gente espera a que los demás sean amables o a sentirse lo suficientemente feliz para participar en una acción amable, pero en esencia es una elección que podemos hacer en cualquier momento”, concluye Clara. “La amabilidad de los demás no está bajo nuestro control, pero podemos decidir mostrarnos amables con los demás. Independientemente de cómo responda la gente o de si la gente responde a ello, mostrar amabilidad nos hace, como dadores, más felices. Cuando somos amables con los demás, eso nos hace felices, incluso más que hacer lo mismo (como gastar dinero) para nosotros mismos. Es como un “bucle de retroalimentación positiva” de amabilidad y felicidad, de modo que una estimula o incluso amplifica la otra”. 

 

Así que, esta semana y las siguientes, intentemos ser más intencionados en nuestros actos de amabilidad, mostrando empatía y aprecio por quienes nos rodean. Y, lo más importante, ¡divirtámonos con ello! Nunca se sabe qué impacto positivo puede tener tu amabilidad, pero una cosa es segura: siempre merece la pena.