Guía Para Mejorar tus Relaciones Desde la Psicología

25 Jan ‘22
7 min
Relaciones personales sanas
Lisanne van Marrewijk
Nuestras relaciones, tanto las que tenemos como las que no tenemos, moldean nuestras vidas: las hay buenas, malas, cercanas, lejanas, raras, difíciles, cortas, apasionadas, sorprendentes, del tipo «no consigo librarme de ti», informales, intensas, eternas, incómodas, especiales y necesarias.

 

Todo el mundo nos relacionamos con otros, pero eso no quiere decir que sepamos cómo gestionar nuestras relaciones. A lo largo de esta guía, aprenderás a mejorar tus relaciones con la ayuda de las psicólogas Irene Bakker y Mirte Verkuijlen.

 

Nuestras relaciones nos hacen felices

 

Nuestras relaciones son importantes porque nos hacen felices. De hecho, hay múltiples estudios que demuestran que son nuestra principal fuente de felicidad.

 

Además, establecer vínculos sólidos tiene otras ventajas: fortalece el sistema inmune, eleva el umbral del dolor y disminuye las posibilidades de sufrir depresión. Las personas felices y sanas son aquellas que se aseguran de pasar suficiente tiempo con aquellos a los que aman. No obstante, nuestras relaciones también pueden complicarnos la existencia.

 

En nuestras vidas experimentamos todo tipo de desafíos, y la mayoría de ellos tienen su origen en nuestras relaciones con los demás. Las amistades, las parejas, los compañeros de trabajo, la familia y los vecinos son fuentes de felicidad, pero también de disputas. ¿Cómo se pueden superar los altibajos y mantener una relación duradera con otra persona?

 

«Es una certeza humana absoluta que nadie puede conocer su propia belleza o percibir un sentido de su propio valor hasta que se le haya reflejado en el espejo de otro ser humano amoroso y afectuoso”. John Joseph Powell».

 

Dato curioso: La palabra «relación» proviene del verbo «relacionar», que significa «establecer o demostrar una conexión entre cosas o personas».

 

6 tipos de relaciones

 

Cualquier contacto que se tenga con otra persona puede describirse como una relación. En general, las relaciones se dividen en seis tipos:

  1. Románticas
  2. Familiares
  3. De amistad
  4. Profesionales
  5. Informales o pasajeras
  6. La relación con nosotros mismos

 

Es importante recordar que cada relación es diferente. Cada una de nuestras relaciones nos da ciertas cosas, pero ninguna de ellas puede darnos todo lo que queremos.

 

Ejercicio: Círculos de relaciones

 

Comencemos haciendo un esquema de todas tus relaciones. Marca un punto en el centro de una hoja de papel y después dibuja tres círculos concéntricos, como se muestra a continuación.

Círculos de relaciones

Tú estás en el centro del círculo. Ahora, en el círculo más cercano a ti, escribe las relaciones que más aprecias. En el siguiente círculo, anota las que son algo más distantes. Finalmente, en el círculo más grande, escribe aquellas que están presentes en tu vida ahora mismo, pero algo más alejadas, y que quizá requieren algo más de atención.

 

“El miedo a que la otra persona ya no te apoye es una parte central de los problemas en las relaciones”.

 

Cuando hayas terminado, podrás apreciar visualmente todas tus relaciones. A continuación, echa un vistazo a tus círculos e intenta pensar con sinceridad en todo lo que ello significa. ¿Qué calidad tiene cada una de las relaciones que tienes delante? ¿Te funcionan bien tus relaciones tal y como están ahora mismo o hay cosas que querrías cambiar en ellas? ¿Cada persona con la que compartes una relación la valora de la misma manera que tú (¿y tienes la seguridad de que así sea?)?

 

¿Por qué son tan importantes las buenas relaciones?

 

Casi todo el mundo es consciente de que las buenas relaciones son muy importantes. No obstante, también es bueno saber que tus buenas (o malas) relaciones pueden influir en los que te rodean. Por ejemplo, si dos miembros de una familia dejan de hablarse, esto afectará al resto de la familia. Si dos compañeros de trabajo no se llevan bien, el equipo entero se verá perjudicado.

 

Por supuesto, también se da el caso opuesto. Un espíritu de equipo positivo y bien desarrollado hace que las personas se encuentren cómodas dentro del equipo y que rindan mejor.

 

«Las relaciones son un laboratorio de entendimiento personal».

 

Por desgracia, no hay una fórmula universal que sirva para que todas tus relaciones sean positivas y plenas (si así fuera, no harían falta artículos como este). Como cada persona es distinta, hay que enfocar cada relación de una manera diferente. Pero todas las relaciones tienen una cosa en común: te ayudan a conocerte un poco mejor.

 

Terapia Centrada en la Emoción

 

Aunque no exista una fórmula universal, puedes hacer todo lo posible por tener unas relaciones más sólidas y profundas. Si buscas entender mejor lo que sucede en las relaciones, cómo comunicarte sobre ellas y cómo mejorarlas, estaremos encantados de ayudarte por medio de nuestra guía sobre la TCE o «terapia centrada en las emociones».

 

La TCE es una popular terapia a corto plazo utilizada en psicología y en terapia de pareja para mejorar el vínculo afectivo en las relaciones adultas. Al comprender mejor las necesidades de las otras personas y los tipos de vínculo, tendrás más herramientas para entender de dónde provienen ciertos comportamientos, tanto en ti como en los demás.

 

Necesidades y vínculos en las relaciones

 

En toda relación hay ciertas necesidades básicas, como la autonomía, la conexión, la aceptación, la comprensión, el sentir que importas, que te escuchan, que te aprecian, que te aman y que te tratan con cariño.

 

Por otra parte, tenemos miedo de algunas cosas, como que se nos rechace o se nos abandone, que se nos controle, y que no se nos acepte, aprecie o ame.

 

En cualquier relación, tenemos nuestros propios deseos y necesidades, que constantemente intentamos equilibrar con los de la otra persona. Ninguna relación puede darnos todo lo que necesitamos y no pasa nada porque no lo haga. En realidad, el mayor desafío lo presentan los desequilibrios que se producen si perdemos la noción de quiénes somos y de cuáles son nuestros valores solo porque queremos conectar con la otra persona.

 

«Cuando nos esforzamos mucho porque nos aprecien, perdemos la idea de que se nos acepte tal y como somos».

 

Por ejemplo, puede que estés intentando conectar con tu pareja. Para ello, dejas de lado parte de tu autonomía y ya no sigues tus propios valores. El resultado es un desequilibrio.

 

Explicación del modelo de la Terapia Centrada en la Emoción (TCE)

 

Si quieres entender mejor a otra persona, es importante que sepas cuáles son sus deseos y necesidades. En psicología, el modelo de la TCE se usa para entender ciertas situaciones o comportamientos, y te puede ayudar a comprender mejor lo que ocurre en una situación concreta. Al entenderlo, podrás cambiar tu forma de comportarte y de comunicarte, y así mejorar tu relación.

Por encima de la línea discontinua están las emociones y comportamientos que vemos en nosotros mismos o en la otra persona (lo visible). Por ejemplo, durante una discusión, puede que una persona se enfade y que otra huya y se encierre en ella misma.

 

Por debajo de la línea discontinua están las emociones subyacentes, que no solemos ver y que están relacionadas con nuestros miedos (lo invisible), por ejemplo, el miedo a hacer algo mal o a perder a alguien.

 

Ejemplo: Mateo culpa a Álvaro de algo que ha ocurrido. En el fondo, esto activa el miedo que tiene Álvaro al fracaso, a no ser aceptado. En respuesta a Mateo, Álvaro se encierra en sí mismo. En el caso de Mateo, que busca conexión, esto activa su miedo a ser abandonado.

 

En definitiva, todos buscamos conectar con otras personas, pero muy a menudo nos enfadamos unos con otros, y esto tiene el efecto opuesto. Queremos que se nos aprecie, pero encerrarnos en nosotros mismos solo lo hace más difícil.

 

Rellena el gráfico con tus experiencias

 

A menudo, solo somos capaces de ver y de reaccionar a las cosas que son visibles, lo que aumenta la distancia entre nosotros. Intenta observar tus propios patrones. ¿A qué tienes miedo? ¿Qué provoca eso en ti? ¿Qué necesitas ahora mismo? Si lo sabes, podéis hablar sobre ello, y eso aclarará las cosas en vuestra relación.

 

Contesta estas preguntas mediante tu propio gráfico. Piensa en una situación en que tu respuesta haya sido más extrema de lo que te hubiera gustado. Puede que fuera una situación que se dio en el trabajo o en el hogar, o algo que pasó entre ti y una amistad o familiar.

 

Reflexiona: ¿Por qué ha ocurrido esto? ¿Qué comportamiento y emoción visible detectaste en la otra persona y cómo respondiste a ello? Después, pregúntate que había tras ello. ¿De qué forma activó eso la ansiedad relacionada con el vínculo? ¿Qué necesidades no se estaban satisfaciendo? ¿Quizá no sentiste que te apreciaran o te quisieran? ¿Podrías habérselo comunicado a la otra persona?

 

Una vez que descubras tus propios patrones y lo que ocurre a los distintos niveles (visible e invisible), serás capaz de formar una conexión más profunda con la otra persona y comunicar tu yo auténtico. Esto os ayudará a acercaros el uno al otro.

 

Pero ¿cómo comunicarse de esa forma?

 

Una vez que hayas usado el modelo de la ETC para entender mejor lo que la otra persona quiere y necesita, es esencial comunicarse. Asegúrate de hablar siempre desde tu propia perspectiva (siento que…) y céntrate en las emociones subyacentes. Expresa aquello de lo que te has dado cuenta y lo que necesitas.

 

Puede que estas frases te ayuden:

 

  • Me he dado cuenta de que estoy empezando a culparte (comportamiento)
  • Siento enfado (emoción) y creo que mi comportamiento está haciendo que te retires de la situación porque te hace daño. ¿Es así?
  • Me he dado cuenta de que siento enfado porque en realidad tengo miedo de experimentar rechazo.
  • Lo que necesito es sentir una conexión contigo
  • ¿Podrías darme un abrazo? (conexión)

 

Intenta desplazar la narrativa de lo que ocurre de manera visible e invisible. Explica tu comportamiento y lo que observas, además de cómo te hace sentir y lo que necesitas de la otra persona.

 

Al tener conversaciones productivas sobre los deseos y necesidades de la otra persona, te aseguras de tener una relación equilibrada. Pero este proceso lleva tiempo. No esperes entenderte por completo con la otra persona tras una conversación, como si todas tus dificultades fueran a desaparecer por arte de magia.

 

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