5 Tips Para Aguantar el Día Tras una Noche Sin Dormir

13 Jun ‘22
4 min
Sueño
Arianna Freni
Revisado por psicólogo/a Eva Rüger

Tras una noche sin poder descansar, lo normal es querer quedarse en la cama para recuperar el sueño perdido, pero la vida no espera a que estemos descansados. 

 

Por eso, en este blog le hemos pedido a la psicóloga Eva Rüger que nos explique qué estrategias puedes utilizar para funcionar de la forma más productiva posible habiendo dormido poco (o nada).

 

La ciencia ya lo dice

 

 

¿Recuerdas cuando te enfadabas de pequeño porque tenías que acostarte pronto? Muchas investigaciones demuestran que la persona media necesita entre siete y nueve horas de sueño por noche. Dormir es importante para tener la cabeza en su sitio, pero también para recuperarse de una enfermedad, mantener un peso saludable, así como para una buena memoria.

 

Una noche de insomnio ocasional no hace mucho daño, pero a largo plazo y de forma sostenido, la falta de sueño puede tener consecuencias negativas para nuestros cuerpos y cerebros.

 

“Si no dormimos lo suficiente, nuestro cuerpo tiene menos energía, lo que conduce a una menor concentración”, explica Eva. “Otras consecuencias son el mal humor y la falta de energía”.

 

Quedarse despierto hasta tarde también parece afectar a nuestra productividad. Las investigaciones demuestran que lo que se gana saltándose las horas de sueño y dando prioridad al trabajo es sólo temporal y se ve rápidamente superado por los efectos de la privación de sueño en tu estado de ánimo, concentración y funciones cerebrales.

 

5 consejos para superar el día

 

Sea cual sea la causa, una noche sin dormir nunca es agradable. Afortunadamente, hay varias cosas que puedes hacer para superar esta situación. Veamos los consejos de nuestra psicóloga Eva para aumentar tu energía y seguir trabajando después de una mala noche.

 

1. El café puede ayudar, pero el agua es tu mejor amiga 

 

Ah, el café expreso… ¡nuestro salvavidas! Después de una noche en vela, el café que no falte. Pero ten cuidado y no te excedas. Un máximo de dos tazas por la mañana ayudará a compensar la falta de sueño, pero demasiada cafeína no te hará estar más alerta.

 

Por el contrario, el café provoca dificultades para conciliar el sueño por la noche, alterando tu horario de sueño. Sin embargo, la deshidratación provoca fatiga y mal humor, por lo que mantenerte hidratado durante el día te ayudará a mantener tus niveles de energía.

 

2. Regálate una siesta reparadora

 

La tentación de echarse una siesta puede ser fuerte en los días somnolientos. Las investigaciones sugieren que la relajación física y mental que proporciona una siesta reparadora (de menos de 30 minutos) puede reducir el estrés y provocar un mayor estado de alerta y un mejor humor después de la siesta. Así que si puedes, échate una mini siesta.

 

“Algunos días puede ser agradable. Una siesta reparadora te relaja y te da la energía extra que necesitas para pasar el día o la noche”, dice Eva.  

 

Sin embargo, las siestas demasiado largas y frecuentes pueden provocar problemas para conciliar el sueño por la noche, lo que a su vez conduce a un sueño deficiente. Si duermes demasiado durante la siesta, quizá sea mejor que busques otras formas de mejorar tu sueño.

 

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3. Prioriza tus tareas

 

Después de una noche pesada, probablemente no estés en tu mejor momento y tu energía sea más limitada que en otros días. Por tanto, considera posponer las tareas no urgentes si es posible. Simplifica las cosas y olvídate de la multitarea. Centrarte en una sola tarea aumentará tu productividad y reducirá el estrés.

 

 

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4. Respira aire fresco

 

“Tómate pequeños descansos para respirar hondo y recuperar la concentración. Considera un paseo corto o un ejercicio de mindfulness para oxigenar tu cerebro”, aconseja Eva.

 

El ejercicio estimula el estado de alerta en el cerebro y el aire fresco es beneficioso para sentirse despierto. Las investigaciones también demuestran que la exposición a la luz solar natural ayuda a mantener los ritmos circadianos y mejora tu estado de ánimo y tu rendimiento cognitivo.

 

Así que, sal al aire libre. Te ayudará a pasar el día y, por supuesto, mejorará tu bienestar general. 

 

5. Comunícate

 

Todo el mundo está cansado de vez en cuando y conoce las consecuencias de dormir poco. Así que sé sincero cuando tus compañeros te pregunten al respecto.

 

“Algunas personas son reacias a decir que se sienten menos bien en el trabajo por dormir poco. Creen que es una queja o una excusa para ser menos productivos”, explica Eva. “Sin embargo, es una explicación válida para tener menos energía o que te cuesten más las tareas diarias. Sólo significa que eres humano”.

 

La próxima vez que no hayas podido dormir, habla abiertamente de ello. Tu valía no es cuestionable porque hayas pasado una mala noche.

 

 

La solución real

  

Los consejos anteriores son útiles a corto plazo y en caso de emergencia, pero a largo plazo, debes asegurarte de dormir bien y lo suficiente. Aunque cada persona tiene unas necesidades de sueño diferentes (algunas necesitan dormir más que otras), en general deberíamos intentar tener un ritmo de sueño estable y regular.

 

¿Alguna vez te has parado a pensar en tu ritmo de sueño? ¿Y mucho menos a observarlo? ¿En qué noches duermes bien o no tan bien? ¿Qué factores pueden afectar a tu sueño? Un psicólogo puede ayudarte a analizar tus hábitos de sueño y optimizarlos cuando sea necesario.

 

“Con sólo prestar atención, podemos aprender mucho sobre nosotros mismos. Y una mayor comprensión puede llevarnos a ser más conscientes y poder cuidarnos de la mejor manera”, dice Eva.

 

 

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